Nuestro estado de nutrición depende 30% de nuestra genética y 70% de nuestro estilo de vida que se conforma por alimentación, ejercicio, manejo del estrés, horas de sueño.

Separando al cuerpo en grasa, músculo y agua dentro de cinco segmentos (que son brazos, piernas y tronco), podemos ver qué partes son las que necesitan aumentar músculo y qué partes del cuerpo necesitan disminuir grasa.

La proteína, es esencial para construir tejidos y células. Un adecuado consumo de proteína mejora la composición corporal mediante la preservación de masa muscular, lo que provoca un mayor gasto de energía, lo que significa que el cuerpo quema más kilocalorías al tener mayor cantidad de músculo, y ocupa menos volumen que al estar conformado por grasa.

Además la proteína genera saciedad ya que tarda más en ser digerida, lo que pospone el hambre al aumentar la saciedad por más tiempo, así ayuda a tener mayor control sobre el peso, mediante el mantenimiento de masa muscular y un estilo de vida activo.

Los carbohidratos aportan energía al cerebro y a los músculos;  junto con las proteínas forman los neurotransmisores (influyendo en el ánimo y en las emociones, memoria, sueño, regulación de temperatura y balance de agua.

Los carbohidratos con mayor cantidad de fibra benefician al sistema digestivo, previenen alteraciones en el metabolismo de carbohidratos, intolerancia a la glucosa y en la resistencia a la insulina.

Las grasas son necesarias para sintetizar hormonas como la progesterona y testosterona, aumentar el sistema inmune y mejorar la circulación.

Es de alta importancia identificar el tipo de grasa ya que por ejemplo las insaturadas o poliinsatudadas promueven la salud circulatoria, hormonal y digestiva, mientras que las saturadas o trans pueden ocasionar a largo plazo problemas metabólicos, cardiovasculares, sobrepeso, u obesidad.

La hidratación es muy importante para eliminar residuos en el cuerpo, proporcionar humedad en tejidos del oído, garganta, nariz y piel. El agua, es el medio de transporte para llevar nutrimentos a las células de nuestro cuerpo; la falta de agua puede causar fatiga, estreñimiento, calambres musculares, migraña y resequedad en la piel.

La mayoría de las personas no consumen suficiente fibra, agua y no llegan a cubrir los requerimientos de vitaminas y minerales durante el día.

La fibra nos ayuda a sentirnos satisfechos por más tiempo, a disminuir malestares gastrointestinales y a mejorar la digestibilidad de los alimentos, mientras que las vitaminas y minerales protegen del estrés oxidativo y ayudan a contrarrestar el efecto de los radicales libres.